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Competencias digitales. Los profesores necesitan mejorar


Las últimas leyes educativas establecen que los estudiantes deben adquirir sus competencias digitales en la enseñanza obligatoria, pero en la práctica la realidad es bien diferente. ¿Falta de tecnología en las aulas? ¿Profesores poco preparados? ¿Uso ineficiente de las tecnologías en las aulas? Analizamos a qué se debe la diferencia entre lo que es y lo que debería ser.


Según un estudio realizado por la Universidad Complutense llamado “Los docentes de la Generación Z y sus competencias digitales”, la mayoría de los profesores madrileños suspende en competencias digitales. A esa conclusión han llegado después de realizar una investigación en la que participaron más de 1400 docentes de Educación Primaria (53’73%), de Secundaria (42,78%) y de ambos niveles (3,49%) de 80 centros de la Comunidad de Madrid para analizar sus habilidades digitales.


Falta de preparación del profesorado

Según el estudio, el profesorado no está preparado para el desarrollo de estas competencias en el estudiante debido a sus propias carencias en el uso de las TIC y es que al menos un 46.31% de los profesores presentaba un perfil negativo en la formación docente en TIC. La edad se presenta como uno de los factores que más influye pues los docentes de entre 55 y 66 años eran los que poseían un perfil mucho más bajo que los profesores más jóvenes, que presentaron el perfil más positivo. En cuanto al género, no hubo diferencias significativas.


Parece que los docentes más jóvenes son los que más preparados y dispuestos están para utilizar las TIC según este estudio. Ahora bien, ser un buen matemático no te hace ser un buen profesor de matemáticas. Es decir, tener conocimientos en TIC o ser un usuario habitual de las TIC en nuestra vida cotidiana no implica necesariamente ser un buen profesor en el uso de las TIC, aunque, evidentemente, el estar familiarizado con ellas nos facilitará el uso de éstas en el aula con fines didácticos.


Formación continua necesaria

De este estudio se deduce la necesidad de la formación en TIC para los docentes tanto desde las facultades de Educación como a través de cursos de formación continua una vez que ya están en el ejercicio de la profesión.


Por otro lado, el estudio “Modelos de integración didáctica de las TIC en el aula”, llevado a cabo por la Universidad de La Laguna en Tenerife, ha llegado a conclusiones muy interesantes.


En este caso, el estudio se ha realizado con la participación de más de 3160 profesores de toda España que participaban en el Programa Escuela 2.0 para analizar el grado y tipo de utilización que el profesorado hace de las TIC en aulas con abundante disponibilidad de éstas: un ordenador por alumno, pizarra digital interactiva, proyectores multimedia y acceso a Internet. Un dato éste importante, pues no es lo mismo analizar centros dotados de tecnología de manera desigual que si todos ellos presentan una buena disponibilidad de dichas herramientas. Y, teniendo éstas, ¿cómo se usan?


El estudio revela que hay dos tipos de perfiles en función de la frecuencia y del tipo de tarea demandada al alumnado: un modelo de integración didáctica débil frente a un modelo de integración didáctica intensa de las TIC. El primero se refiere a la utilización escasa de dichas tecnologías tanto en frecuencia (pocos días a la semana) como en el modo de uso (simplemente para búsqueda de información por Internet por parte del alumno, actividades o ejercicios online o elaboración de tareas y trabajos con procesador de texto); mientras que el segundo modelo corresponde a un docente usuario habitual de las TIC y que utiliza éstas para realizar múltiples tareas y aplicaciones didácticas.


El estudio señala una relación directa entre la competencia del profesor como ciudadano digital y su comportamiento profesional con las TIC en el aula. Es decir, a mayor grado de competencia y participación ciudadana digital del profesor se incrementa el uso pedagógico de las tecnologías en el aula.


Competencia pedagógica y experiencia profesional

Además, la edad del docente es una variable que se correlaciona con el modelo o patrón de uso de las TIC en el aula, pero en el contexto escolar los docentes de menos de 40 años no son los que emplean de forma más intensiva las TIC en el aula, sino que son los de mediana edad –entre 40 y 55 años- y los de mayor experiencia profesional. Por lo que parece que la competencia pedagógica y la experiencia profesional son condición necesaria en el proceso de cambio e innovación docente con las tecnologías.


Otro dato interesante al que han llegado es que en las aulas con abundancia de tecnologías digitales, el texto escolar sigue siendo el recurso más frecuentemente empleado por mayor número de profesores, de modo que las TIC no sustituyen a los materiales tradicionales sino que se complementan, pero sí es cierto que están desplazando a los antiguos medios audiovisuales (diapositivas, vídeos, etc).

Por todo ello, vemos una necesidad imperiosa de generar acciones encaminadas a la formación continua de los profesores en competencias digitales para aumentar su conocimiento de éstas, pero, sobre todo, para orientar ese conocimiento a fines didácticos, de modo que tanto profesor como alumno estén en sintonía en el uso de las TIC en el aula y se logre así una mayor eficacia y mejora de la calidad educativa.

FUENTE: Fernández, F.J. & Fernández, M.J. (2016). Los docentes de la Generación Z y sus competencias digitales [Generation Z’s Teachers and their Digital Skills]. Comunicar, 46, 97-105. http://dx.doi.org/10.3916/C46-2016-10; Area, M., Hernández, V. & Sosa, J.J. (2016). Modelos de integración didáctica de las TIC en el aula [Models of educational integration of ICTs in the classroom]. Comunicar, 47, 79-87. http://dx.doi.org/10.3916/C47-2016-08


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